Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

     de soldados

(Aviso, por si acaso: No hay continuidad del capítulo anterior a éste. Aquí, volvemos a un capítulo anterior, sólo que desde una perspectiva diferente).

—¡Soobin! ¡No está aquí!

Beomgyu acababa de percatarse de que había perdido de vista al mayor, comunicando su alarma al detener a su novio.

—No creo que haya ido muy lejos —Taehyun trató de calmarlo, aunque sentía la misma alarma, porque estaba convencido de que lo vio a su lado tan sólo unos segundos atrás—. ¿Quizás lo esperamos aquí?

La mueca escéptica de Beomgyu le hizo saber que no consideraría su idea. Más aún, cuando soltó su mano y volteó hacia su izquierda, dándole la espalda, pudo hacerse una idea de lo que pensaba hacer.

—Tú quédate aquí —le indicó—, yo volveré por donde vinimos, tengo miedo de que le haya pasado algo malo.

—Pero, no sé cómo volv-

Antes de que pudiera argumentar, Beomgyu ya había partido, tan rápido como lo hacía en las carreras de atletismo de la escuela.

—Adiós para ti también. —Taehyun soltó un suspiro, observando sus alrededores, un mundo que le resultaba totalmente desconocido. Por lo menos era de día.

No es que no quisiera encontrar a Soobin, pero tampoco quería ser él quien termine perdido. Por eso, supuso que lo mejor sería hacerle caso a su novio y mantenerse por la misma área, dejando que Beomgyu sea quien lo busque, porque, de todos modos, parecía una necesidad imperiosa para él.

Taehyun no era estúpido. Por supuesto que sabía que Soobin y Beomgyu tenían algo especial, desde ese día en el que los atrapó escondidos en un salón de clases, donde el menor besaba el cuello del mayor. No era algo que amigos normales hicieran.

Aún así, ninguno de ellos le había verbalizado la idea de gustar del otro. Es más, el día en el que Beomgyu le confesó que le gustaba y que quería ser su novio, lo primero que hizo Taehyun fue preguntarle si no le gustaba Soobin, porque le tomó algo desprevenido. Sólo cuando le dijo repetidas veces que no, que le gustaba él, fue que pensó que no tendría nada de malo darle una oportunidad.

Pese a ser novios, Taehyun aún tenía presente la idea de que había algo entre ellos, o que, por lo menos, algo había pasado. Desde ese momento, notó a Soobin mucho más distante y a Beomgyu esforzarse por ignorarlo, lo que sólo le dejaba más sospechas. Tenía algunas hipótesis, pero ninguna parecía encajar perfectamente bien...

Lo que no pensaba aceptar era que ese vínculo fuese mágico, predestinado o como sea que le llamen, porque, sinceramente, no podía creer en esas cosas. Ninguno había logrado convencerlo con buenos argumentos, así que lo rechazaba.

Más bien, el argumento del vínculo predestinado sólo le llevaba a creer que aún había una chispa entre ellos, lo que activaba un lado que no conocía en sí mismo: los celos. Cuando Soobin se acercaba mucho a Beomgyu, o cuando Beomgyu parecía tener a Soobin como prioridad, Taehyun sentía que se había metido en una ecuación sin salida, que estaba interfiriendo en una relación preexistente... Pero ninguna ridiculez del destino.

—Hey. —Una suave voz desconocida lo devolvió a la realidad—. ¿Qué haces aquí?

Cuando Taehyun volteó a la dirección de la voz, su corazón dio un vuelco. No estaba seguro de lo que esperaba, pero definitivamente no era ver a un guapo jovencito de cabello rubio atado en un moño, sin camisa y con lo que parecía ser una caña de pescar sobre el hombro.

—Uhm, estoy de paseo. —A diferencia de lo que su instinto de supervivencia le hubiese dicho si se tratara de una persona de apariencia distinta, decidió responder y quedarse cerca al desconocido—. ¿Y tú?

El rostro del extraño se iluminó de inmediato con una brillante sonrisa, hasta el punto en el que parecía que quería llorar. Confundido, Taehyun ladeó la cabeza, porque no había dicho nada fascinante o que pudiera despertar un punto sensible en el chico... 

—Igual, aunque me gustaría creer que vivo aquí —respondió, por fin, acercándose para estrechar su mano—. Soy Yeonjun, por cierto.

—Taehyun —se presentó, aceptando estrechar su mano—. ¿Por qué dices que te gustaría vivir aquí?

—Me gusta pescar —le contó Yeonjun, señalando la caña—. El lago de este bosque es el lugar más cercano que tengo para hacerlo sin romper las leyes, así que vengo a pescar aquí. Me permite conectar con la naturaleza.

Si bien debió sospecharlo por la caña de pescar que traía, Taehyun sintió que se le removió el estómago al escuchar sobre su pasatiempo, y no estaba seguro de por qué.

—Esperar por horas a sentir que algún pez atrape el cebo me da una linda sensación de paz —siguió Yeonjun, tomando la caña en una de sus manos para jugar con ella—, y al final me siento como buena persona porque devuelvo al pececito al agua. Es como si sus ojitos me dijeran, ¡oh, gracias por soltarme, señor misericordioso!

—¿Aunque tú fuiste el que lo atrapó en primer lugar? —Taehyun rió por su lógica—. Sólo juegas con los pececitos y te deleitas de sus ruegos, eso es sádico.

Yeonjun se llevó una mano al pecho, simulando ofensa, antes de reír inevitablemente. No le dio tiempo a Taehyun de prepararse antes de lanzar la caña en su dirección, atrapando su camisa con el anzuelo para jalarlo hacia él. Antes de hacerle mucho daño a su camisa, dejó la caña de pescar en el suelo y cortó la distancia entre ambos, ubicando las manos sobre su cintura.

Al tenerlo así de cerca, Taehyun se sintió repentinamente acalorado, con los latidos del corazón agitados. Su raciocinio le decía que lo detenga y se aleje de una vez, pero... Cualquier atisbo de razón desaparecía por la forma en la que Yeonjun lo miraba, por la simultánea intensidad y dulzura de sus ojitos, como si estuviera apreciando una obra maestra por primera vez. Peor aún, sintió un suave escalofrío al verlo sonreír de lado, como si supiera que lo había puesto nervioso.

—Hm, te pesqué. —Alzó las cejas, juguetón—. Tienes dientecitos de tiburón, así que... ¡Atrapé un tiburoncito bebé!

—¿Qué? —El menor apretó los labios como para no mostrarle su sonrisa, pero se vio obligado a hacerlo al sentir cómo sus dedos amenazaban con cosquillear su abdomen, una zona sensible—. Ah, ¡basta!

—No, no. Ya sabes lo que debes decirme para que te deje libre.

En vez de responderle, Taehyun le dio un suave empujoncito, suficiente para que Yeonjun lo suelte, pero sin perder la sonrisita traviesa. Al menos sabía que estaba igual de avergonzado que él, o por lo menos así lo delataba el rubor en sus mejillas.

—Cuánta confianza para hacerle eso a un desconocido —suspiró, en un intento por desestimar el efecto de aquel breve contacto.

El rubio le dejó escuchar una ligera risita, mientras recogía su instrumento de pesca para volver a tenerlo a la mano.

—Es que, no sé, no te siento como un desconocido —reveló, transformando el aire entre ambos a uno más serio—. Eres el primero que...

No completó la frase, dejando que un breve silencio tome su lugar. Curiosamente, Taehyun sentía que tenía la misma idea en la punta de la lengua, pero jamás se lo diría. ¿Cómo explicaba que estaba bajo la impresión de que ya lo conocía sin sonar ridículo?

—Con el que me siento con la suficiente confianza como para atraerlo hacia mí con un anzuelo. —Por suerte, Yeonjun optó por aligerar el ambiente de nuevo—. No te dolió, ¿no?

—A mí no, pero mi camisa quisiera tener unas palabras contigo. —Llevó un par de dedos a la rasgadura que dejó el anzuelo en medio de la prenda, mostrando el efecto.

—Te regalo dos mías como compensación— ofreció Yeonjun, al tomarlo de la mano, con confianza.

—¿Cuáles —Taehyun alzó una ceja—, si ni siquiera tienes una?

—¡Hey! —El mayor no contuvo una risotada, antes de abultar los labios y fingir que no le había causado gracia—. Están guardadas en la cabaña que uso de refugio, tiburoncito.

Desacostumbrado al apodo, Taehyun puso una mueca de confusión consigo mismo, porque a un lado suyo le parecía tierno, pero, de hecho, le tenía miedo a los tiburones, a su entorno, a sus amigos... Básicamente, a cualquier cuerpo acuático profundo.

—De paso te enseño la humilde cabañita —ofreció Yeonjun, aliviando un poco sus pensamientos sobre lo marino—, por si te dan ganas de quedarte a dormir.

Como ya lo tenía de la mano, sólo tuvo que guiarlo hacia aquella cabaña, en una dirección totalmente desconocida para Taehyun. Sólo al darse cuenta de que estaba abandonando el lugar de encuentro designado fue que cayó en cuenta de que Beomgyu aún no había regresado de la búsqueda de Soobin, y probablemente lo tendría que buscar después. Ni de broma podía quedarse a dormir con un extraño...

—Tengo novio —soltó, de repente, logrando que Yeonjun se detuviera—. Uh, no es importante, supongo, no sé por qué lo dije. Mejor ignórame.

Por unos segundos, ambos mantuvieron el silencio, cosa que el mayor cortó al aclararse la garganta. Ahora parecía abatido, y el motivo para ello resultaba bastante evidente, pero ilógico, a los ojos de Taehyun. Asumió que pensaba coquetear con él, y ahora que sabía que tenía pareja, sentía que no debía hacerlo. ¿Pero por qué querría coquetear con él?

—Bueno, es bueno saberlo... —Yeonjun siguió con el camino, pero ahora sin sostener su mano—. Igual, uhm, ¿lo dices porque crees que se molestaría si te viera con ropa de un extraño?

—No creo, no es tan celoso —aseguró, sintiendo cierta culpa al pensar que él era quien tomaba esa característica con más frecuencia, quizás porque desde que estaba con Beomgyu no había mostrado siquiera un atisbo de interés por alguien más, olvidando incluso el pequeño gran crush que solía tener en Kim Hyunjin.

—Genial, entonces no cambian las cosas, igual te regalaré las camisas —confirmó el mayor, cuando estaban por arribar a su destino, antes de cambiar el tema—. Por cierto, vine con un amigo, Kai.

—Oh, genial, ¿tan grande es la cabaña que entran tres?

—Es más espaciosa que una choza, sí —afirmó, precisamente cuando lograron visualizar la cabaña a lo lejos—. Y también, tengo... Tengo un lenguaje secreto con él, así que no te sorprendas si no hablamos como lo harían dos personas normales.

Le pareció algo extraño a Taehyun, pero lo aceptó sin preguntar. Que le guste la pesca también le parecía anómalo, pero podía entender que no todo el mundo compartía sus intereses.

En menos de un minuto, alcanzaron la cabaña. La puerta estaba al otro lado de donde habían estado, así que tuvieron que rodear el perímetro, hasta que dieron con las figuras de Soobin y quien asumió que era Kai, sentados sobre una banca.

—¿Taehyun?
—¡Yeonjun!

Tal como le contó a Taehyun que haría, Yeonjun abrazó a su amigo y se comunicó con él a través de gestos y señas, con el que supuso que se trataba de su lenguaje secreto, así que no lo cuestionó. Entretanto, se la pasó observando la rústica cabaña, sospechando que tenía ya varios años de haber sido construida, considerando el desgaste en la madera. Cuando volvió a prestar atención, era Soobin quien hablaba.

—Oh, claro, nos vemos. —se despidió de Kai, algo aturdido.

—Hey. —Yeonjun llamó a Taehyun, acercándose para colocar una mano sobre su hombro—. Voy a hablar con Kai por un rato, pero... luego quisiera hablar un poco más contigo, ¿sí? 

Le respondió al asentir y sonreír, despidiéndose de forma sencilla antes de tomar asiento junto a Soobin, quien lucía descolocado. Se supone que Beomgyu lo había ido a buscar, así que, como no estaba allí, sospechaba que había terminado perdiéndose también.

—Hey, ¿acaso-?

—¿Y Beomgyu? —preguntó Taehyun, antes de que Soobin pueda indagar sobre otra cosa—. Nos separamos para tratar de encontrarte más rápido, puede que se haya perdido.

Mantuvieron una breve conversación, durante la cual Taehyun comenzó a sospechar que Soobin se sentía culpable sobre algo. No le llegó a preguntar por qué, ya que pronto notó que Beomgyu caminaba en su dirección, desanimado.

—¡Allí viene! —avisó, pasándole la voz a Soobin antes de acercarse a su novio como para abrazarlo—. Hey, ya estamos juntos de nuevo. ¿Estás bien?

Usualmente no era tan públicamente cariñoso, o al menos eso le gustaría creer, pero ahora sentía cierta necesidad de compensar. No había hecho nada malo, pero tenía a cierto pescador en mente.

Beomgyu asintió de forma casi automática por un par de segundos, antes de dar un profundo suspiro y aceptar el abrazo. Momentos después, plantó un pequeño beso en su nuca, sacándole una sonrisa por el cosquilleo.

—Sí, estoy bien, sólo... Un poco decepcionado, supongo —contó—. Creí que este sería un lindo paseo y podría cumplir mi fantasía de ser guía turístico, pero no lo logré.

—Aún tenemos todo el fin de semana —le recordó Taehyun, tratando de animarlo—. No te preocupes, amor.

De repente, surgió la propuesta de recoger materiales para una fogata, lo que al menor no le emocionaba tanto, porque significaba que volverían a la base del campamento, lejos de Yeonjun... Se golpeó mentalmente por pensar en cosas impertinentes, optando en cambio por centrarse en el momento, lo que no fue tan difícil al pasear por el bosque y recoger piedras grandes.

—Creo que es suficiente —sugirió, después de un rato, cuando ya le pesaban los brazos—. La base no está muy lejos, ¿no?

Beomgyu negó con la cabeza como respuesta, ya que tener una navaja entre los dientes no le dejaba hablar correctamente. Taehyun estaba por reprocharle el peligro, hasta que Soobin intervino.

—Sí, creo que sí, sería bueno que salgamos de aquí de una vez. Prefiero estar seguro, Kai dice que hay jabalíes sueltos...

—Tienes razón, mejor vamos a la base del campamento, porque los jabalíes sólo se limitan al bosque profundo —complementó Taehyun—. Al menos eso me dijo Yeonjun.

De repente, escuchó cómo un montículo de ramas caía al suelo, por obra de Beomgyu. Su mirada fija de fastidio hizo que el corazón de Taehyun comience a palpitar con más intensidad, pero hizo todo lo posible por esconderlo y actuar tranquilo, o de lo contrario delataría que el pescador le había hecho sentir... algo.

¿Quién? —preguntó su novio, una vez que despejó sus labios de la navaja.

—Cuando nos separamos para buscar a Soo, me perdí, como te imaginarás. —Taehyun rió, en un esfuerzo por lucir estable—. Yeonjun, un chico que viene con frecuencia, me encontró y me ayudó a ubicarme de vuelta, es todo.

—¿Y qué estaba haciendo para que te encuentre?

— No sé, no me dijo —suspiró, apretando los labios un momento. Debía cambiar la dirección de la conversación o caería en un lugar incómodo—. ¿Y por qué te pones así?

—¿Así cómo? —cuestionó Beomgyu, en un tono ácido.

Así —enfatizó Taehyun, elevando una ceja—. No te fastidia que pase tiempo con otros amigos, tampoco que conozca nuevas personas, ¿pero ahora de repente te molesta que un chico me dé un tip de supervivencia?

—No me molesta, sólo quería saber los detalles.

Suspiró, recordando que le había dicho a Yeonjun que Beomgyu no era tan celoso. Quizás ahora sí tenía un motivo para serlo, lo que no sentó bien dentro de su ética, pero por suerte dejaron la discusión allí. No era un buen look si se peleaban frente a Soobin, porque se supone que igual eran novios.

Fue entonces que vio cómo Beomgyu clavaba la navaja en su labio, comenzando con la desgracia.

¿Les gusta cómo va el taejun? 👉👈🥺

Genial, porque también hay un yeonkai storyline muack<3

Gracias por leer!! Creo que publicaré el siguiente cap a este en unas horitas, para la continuidad. Perdón si estas notas están más feas q de costumbre pero no tengo mucho tiempito, sowwy, la próxima semana ya me desocupo más y escribo más bonito, ojalá aaa

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro